martes, 30 de septiembre de 2008

Afortunadamente, no era un sueño

Los rayos de sol acariciban mi piel, descarados, sin haber pedido permiso alguno para llenarme de aquella agradable sensación de c.alor. En mi mejilla, como un suave y caliente tejido, notaba el movimiento de su tranquila respiración. Abri entonces los ojos, para descubrir que no era un sueño, que la estancia seguía allí, ,iluminada por una tenue y vergonzosa luz. Ese suave resplandor me dejaba distinguir el contorno de su cuerpo, tumbado de costado junto a mí, de espaldas.
acaricié lentamente su espalda, hasta llegar a su cintura, para estirar el brazo y rodearle, apoyando mi mano a la altura de su ombligo. Me pegué a él y besé su hombro, no sin antes dejar que un suspiro brotase de mis labios. Despacio, me moví sobre la superficie suave de sábanas blancas, hasta que mis labios hubieran podido besar su cuello.

- Buenos dias, cielo


fué entonces cuando él se movio, lentamente se desperezaba. Se dio la vuelta, sonriendo, hasta que sus labios casi me besaban. Afortunadamente sentía su cálido aliento en mi piel, me estremecí para abrazarle con fuerza. No era un sueño, yo le quería...el me amaba.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Mi sueño de piedra y mármol

Mi padre lo repetía cientos de veces, estaba loca. Pasear por el cementerio a esas horas de la noche era cuanto menos de gente poco cuerda, al menos a su parecer.
"¡Tienes la cabeza llena de cuervos!" - Repetía cada vez que volvía a la tantas de la madrugada a casa. Pero a mi me daba igual.

Era la noche perfecta. Hacía media hora que había salido de mi casa, pero vivía lejos del lugar pero era lo de menos, tenía toda la noche por delante. Toda la noche para contemplar los magníficos y eternos versos grabados en frío marmol como único recuerdo de aquellos que allí se encontraban.

Tal vez era la luna, su reflejo perfecto en la pulida piedra de los monumentos funerarios que se encontraban en medio del cementerio. Tal vez eran los enormes y oscuros cipreses que bordeaban el lugar. Tal vez el pulcro e inquietante silencio que lo hacía único...Pero en aque lugar lleno de soledad y pena yo me sentía viva.

Podía sentarme a reflexionar, a escuchar los latidos de mi corazón, a escribir, a perder el miedo a algo que llegaría tarde o temprano para mi. Saqué mi reproductor de música y elegí aquella canción, la de los violines. Mientras, miraba como los pétalos de una rosa que había sido roja se iban oscureciendo poco a poco con el paso de los días, ahora eran casi negros...

No lo recuerdo, pero tal vez fue en aquel instante cuando me percaté de aquella escultura asomando vergonzosa entre las sombras...

La luna, los violines, el silencio, los cipreses, los petalos marchitos...todo era muerte mas yo seguía viva


Te lo dedico Alex, pero me he inspirado en algo que me ha dicho Eris para escribirlo, asi que algo también va para ella

sábado, 27 de septiembre de 2008

Caricias de blanco y negro

Se escuchaba desde la habitación el golpeo de las teclas, su vibrante compás. Abrí los ojos, seguí allí, tumbado en aquella cama, en aquella oscura habitación, adornada con aquellas polvorientas cortinas y aquellos muebles con carcoma.
Aparté las sábanas y me incorporé de aquel incómodo jergón. Me quedé sentado, intentando acomodar mis ojos a la oscuridad de la habitación.
Una rendija en la contraventana de madera dejaba, permisiva, penetrar a un tenue rayo de luz, que iluminaba con timidez aquel cuadro que adornaba con sencillez la habitación.
Me levanté de la cama, caminando a tientas hasta acercarme a él. Pasé mi dedo por el marco, despacio, sintiendo los adornos que estaban tallados en él.
La luz, caprichosa, iluminaba claramente el rostro de la figura que representaba el cuadro, el rostro de una mujer.
Alargué mi brazo hasta acariciar el óleo con mis dedos. Suave, la pintura era suave, como seguro lo era el rostro de aquella mujer.
Poco a poco seguí con el dedo cada forma del cuadro, como si siguiera la lectura de un apasionante libro. Esas alas blancas llamaron mi atención, asomando de la espalda de aquella mujer.

- Un Ángel...

Fue lo único que mis labios pudieron decir. Me dejé caer entonces de nuevo en el jergón, boca arriba, cerrando los ojos con fuerza.
Nunca podría verla ni conocerla, no existía, era un ángel.

Aquella incesante música continuaba penetrando en la habitación. El sonido de los pedales del piano contra la pared, las teclas siendo golpeadas con fuerza. La melodía era suave, sencilla, tan solo unos acordes repetitivos, no muy agudos, pero no graves en una tonalidad que pudiera hacerlos dramáticos o dolorosos. Tampoco evocaba a una situación feliz.
Seguía con los ojos cerrados, tratando de asociar un pensamiento, una imagen a aquellas notas.
Unos ojos llorosos, lágrimas...pero aquella no era una melodía triste.
Entonces, una pareja, mirándose. Entre ellos, lágrimas cómplices, tal vez una separación...no, un rencuentro. Lágrimas por haber conocido el deseo del otro, por haber encontrado la luz en el otro..

La música del piano cesó cuando todavía asomaba una sonrisa en mis labios. Abrí los ojos y abrí la puerta de aquella habitación caminando hacia la habitación del piano. Atravesé el pasillo y empujé lentamente la puerta, divisando poco a poco su interior.

El piano, negro, sus teclas. Una mano blanca como el marfil, una rosa roja en ella, siendo depositada con delicadeza sobre el piano. La puerta se iba abriendo poco a poco dejándome ver su vestido negro y su pelo castaño rizado, sus ojos marrones...sus labios...



...sus alas

Lovegood y Greyback by Drel

Esta es una historia que comenzó hace escasos días

Una historia de dos personajes de rol que no podían ni verse, por miedo o por inseguridad siempre se esquivaban, no se hablaban...pero se miraban, se miraban en silencio..
Pero las vidas se cruzan como las estelas que dejan los aviones al cruzar el cielo, en desorden. No dan tiempo a que se borre la anterior para emprender el vuelo por ese sitio...por eso se cruzan, se entrelazan...

Se entrelazan como los dedos de dos manos que buscan juntarse para no separarse jamás, como dos miradas indecisas que se encuentran por casualidad pero que se unen en un deseo intenso y más fuerte que toda la magia de hogwarts.

El miedo. El miedo les acompaña constantemente. El miedo a perder al otro, a quedarse solos. A encontrarse en medio de ese cielo, de esas estelas...sin saber por cual de ellas han de seguir, si por la suya o por la del otro. Pero eso ya no podría suceder, pues ese camino se ha entrelazado y por mucho que quieran salirse de él sentirán la necesidad de volver a seguirlo, de volver a ver al otro al final del camino. Da igual las pisadas de los que intentan borrar esa línea.

Seria imposible, imposible mirar otros ojos y sentir algo mínimamente parecido a lo que sienten ellos al regalarse una mirada. Se regalan una promesa, un sentir mutuo, una bocanada de aire que entra directamente a rodear el corazón del otro mientras todo alrededor se desvanece hasta desaparecer, hasta convertirse en una niebla blanca llena de pequeñas luces en la noche.

Un abrazo entre ellos es un llanto silencioso y suplicante. Suplicando al otro que no se separe de él, que no le suelte para que no se caiga, para que no sentir como todo se destroza por dentro. Silencioso porque no hace falta decir lo dificil que es soltar minimamente al otro, pero tal vez sea eso lo que lo hace tan especial, saber que al soltarlo tienes la oportunidad de volverlo a abrazar.
Se dice que si algo crees que te pertenece has de dejarlo marchar, pues si vuelve a ti te pertenecerá por completo.

Un beso...no se puede explicar con palabras...







Dedicado con mucho cariño a estos dos personajes, Alex Lovegood y DreleN Greyback y a un valenciano petardo al que odio con todo mi corazón, por hacerme pasar tantos buenos ratos en el rol y poco a poco, fuera de él ^^




Drelencita ♥

Un 9 de septiembre de 2008

Y las margaritas que acompañaron las sonrisas
que arrancamos y todavía conservo
y sus pétalos diminutos esparcidos por la hierba
desaparecerán con el paso de los dias


Mas crecerán otras
esperando ser arrancadas
esperando las gotas de rocio
o ser mecidas por el viento...



Cada cual tiene sus metas
sus deseos e ilusiones


Formamos parte de la vida de otros
muchas veces sin ser consciente de ellos
Les hacemos sentir felices a unos,
a otros orgullosos

Seguro que de muchos no obtenemos más que indiferencia,
pero eso es porque ignoran nuestro fondo
La realidad de lo que somos


Pensadlo,
Ir a un parque, con alguien que os importe, que os conozca realmente.
Arrancar una margarita y pensar en que os trasmite
Después preguntarselo a la otra persona


Seguro que son cosas totalemente distintas
Esa es la verdadera riqueza de la amistad


Porque si todos fueramos iguales
Si existiera de verdad la persona hecha para nosotros
si todo fuera perfecto...

Sería aburrido, porque no habría retos que superar

La ventana de la calle de atrás

Estaba harta de tener que imaginar el resto del mundo a través de una ventana enrejada, de tener que inventar el movimiento de las nubes y de los árboles mecidos por el viento.

Estaba harta de soportar el peso del polvo y del paso del tiempo sobre su fina y pulida piel, ahi, sola, no merecía la pena seguir sollozando lamentos de otros.

Tenía miedo a quedarse encerrada allí para siempre, aletargada, enfermando por la humedad del otoño, la dureza del invierno y el frío del verano.

Tenía miedo a seguir añorando la primavera, aquella época en la que salía al jardín y él la acariciaba para hacer llegar el dolor que sentía a todos los rincones de la tierra.

Pero él ya no iba a seguir tocando la guitarra ningún 13 de mayo más...hacía 13 años que ella había muerto, que no volvería. Él ya no tenía fuerzas para entonar cantos llenos de angustia con su guitarra.

En aquel sótano, a la luz de aquella ventana enrejada, la guitarra contemplaba en cielo estrellado, esperando que el la volviese a acariciar.


Dedicado a Alex,

Drel

Ele y Punto

Ele:

- Con sus fallos
- Con sus errores
- Con sus manías
- Con sus deseos
- Con sus metas
- Con sus sueños inalcanzables
- Con sus ganas de ayudar
- Con sus ganas de que nadie se quede indiferente ante las injusticias
- Con sus deseos de arrancarle una sonrisa a sus amigos cuando están tristes


- Con TODO.....




SOY Ele