Estaba harta de tener que imaginar el resto del mundo a través de una ventana enrejada, de tener que inventar el movimiento de las nubes y de los árboles mecidos por el viento.
Estaba harta de soportar el peso del polvo y del paso del tiempo sobre su fina y pulida piel, ahi, sola, no merecía la pena seguir sollozando lamentos de otros.
Tenía miedo a quedarse encerrada allí para siempre, aletargada, enfermando por la humedad del otoño, la dureza del invierno y el frío del verano.
Tenía miedo a seguir añorando la primavera, aquella época en la que salía al jardín y él la acariciaba para hacer llegar el dolor que sentía a todos los rincones de la tierra.
Pero él ya no iba a seguir tocando la guitarra ningún 13 de mayo más...hacía 13 años que ella había muerto, que no volvería. Él ya no tenía fuerzas para entonar cantos llenos de angustia con su guitarra.
En aquel sótano, a la luz de aquella ventana enrejada, la guitarra contemplaba en cielo estrellado, esperando que el la volviese a acariciar.
Dedicado a Alex,
Drel
Personalidad
Hace 15 años
1 comentario:
Y qué hay que hacer para que vuelva a sonar?
Impresionante, geme, como siempre.
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